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TETSUO'S CORNER

OLIVER KOLETZKI: SOBREDOSIS MUSICAL

OLIVER KOLETZKI: SOBREDOSIS MUSICAL

A Oliver Koletzki le pasa lo que a John Dahlback, es decir, que, aunque sin llegar a ser tan prolífico como el menor de los primos suecos, su exceso de producciones, hacen que su carrera discográfica sea un tanto irregular, alternando trabajos de calidad con otros más mediocres.

Tras facturar gran cantidad de producciones en los últimos años, contando el famosísimo Muckenschwarm, pinchado hasta la saciedad en las mejores cabinas del mundo, ahora, al dj y productor alemán, le ha dado por estrenarse en el mundo del largo, y lo ha hecho a través del álbum Get Wasted, facturado, como no podía ser de otro modo, en su propio sello, Stil VonTalent.

El propio Koletzki describe el estilo que predomina en este disco como dreamy minimal y stomping dancefloor, extraños términos en los que se engloba ese nuevo house electrónico que esta tan en boga y que roza de manera flagrante estilos como el electro, el mínimal o incluso el trance, algo que ha caracterizado la mayor parte de las producciones de este artista.

Para elaborar este álbum, Koletzki ha contado con la inestimable ayuda de colegas como Florian Meindl, Martin Eyerer o Kiki, que colaboran en alguno de los temas que componen este álbum.

El disco está compuesto por once tracks, entrelazados entre sí, confeccionando el álbum como si fuera una sesión y abarcan desde los sonidos más comerciales hasta el house mas electrónico.

Encontramos muestras de deep house, con tintes étnicos, al más puro estilo Blaze o Basement Jaxx, en When We Were Young o acercándose al high energy y a los sonidos morodernianos en Requiem Fur Die Vernunft.

Sus flirteos con el trance son numerosos, aunque donde mejor se pueden comprobar son en temas como Don`t Forget To Get Home o Kick Trick, aunque le lanza unos guiños a la cyberdelia en Song For S.

Hay que comentar las dos partes del tema que da título al álbum, mientras que el primer Get Wasted se mueve por terrenos detroitnianos, su continuación penetra en los sonidos más cercanos al mínimal.

El house más tech y funkoide lo encontramos en tracks como Diesel Lied Glaubt An Sich o Bud Spencer, mientras que la contrapartida a este último, titulada, por supuesto, Terence Hill, en ese curioso homenaje a la famosa pareja de actores cómicos italianos, es una pieza de electro funk llena de matices.

Cierra el disco con el más experimental de todos los temas, el warpiano Meniscus , una suerte de techno experimental que recuerda, aunque parezca sorprendente, a gente como Autechre o Pan Sonic, en su lado más bailable.

Haciendo honor al título del álbum, Koletzki nos indica que está repleto de ideas musicales y que esto es solo una muestra de lo mucho que nos tiene que ofrecer.

 

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